CÓMO ES EL COTON DE TULÉAR

Una personalidad increible

El Coton de Tuléar se parece a su isla, ese pequeño continente sinónimo de diversidad y que se ha acostumbrado a ser comparado con un caleidoscopio. Su personalidad tiene muchas facetas y oculta numerosas paradojas. Tiene un aire frágil y es en realidad robusto. Se diría que es tímido pero es totalmente extrovertido. Parece hecho para estar entre algodones pero tiene una resistencia sorprendente para su tamaño y las ideas preconcebidas que de ellos pudiéramos tener.

Cristina Mejías, 9 de Febrero de 2014


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No es raro que perros pequeños nos reserven estas sorpresas, pero en su categoría, el Coton de Tuléar es un verdadero fenómeno.

Dentro de ese envoltorio de algodón encontramos un perro cariñoso, fiel y tan inteligente que llega a empatizar con su dueño, le observa, le entiende, le acompaña…. Muchos de sus propietarios comentan una frase con la cual estoy totalmente de acuerdo “Solo le falta hablar”. Algunos de ellos tienen la capacidad de emitir sonidos prácticamente vocalizando para llamar nuestra atención. También están especialmente dotados para escucharnos y así nos lo manifiestan muchos de ellos, ya que si les hablas giran la cabeza para escucharte mucho mejor.

No es de los que pasan inadvertidos. En casa, él guarda su sitio. Dotado de una sociabilidad muy desarrollada, manifiesta sin complejos su gusto por el juego y su afectividad desbordante, haciendo beneficiarios de ésta a todos los que le rodean. Acepta muy bien compartir su hogar con otros perros o gatos u otros animales; no los considera rivales sino hermanos y camaradas de juego. Ocurre lo mismo con los niños a condición de que no lo martiricen.

Siempre dispuestos al juego, feliz y bullicioso, no dudan en saltar o ponerse a dos patas para llamar la atención e incluso “sonríen” suele decirse que parecen verdaderos “payasos”. Saben quedarse en casa esperando cuando el amo está trabajando, y una vez juntos disfrutan con su familia, saludan, besan y juegan. Cuando ya están todos con él, se acuesta cerca de su dueño, tranquilo, siempre pendiente, si este se mueve le seguirá como una sombra.

Aunque no es conocido por sus cualidades como guardián, hace es una excelente labor de avisador. Como buen protector de su casa y de su dueño no dudará en avisar de los ruidos extraños que se produzcan para que la familia esté atenta. A pesar de su tamaño son perros que poseen características físicas e intelectuales que le predisponen a participar en ejercicios como agility, free style o cualquier otra actividad que demande complicidad y obediencia.

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Para su adiestramiento se deben tener en cuenta cuatro reglas de oro: la jerarquía, la acción-reacción, la constancia y el refuerzo positivo.


Jerarquía

Desde sus ancestros el Coton es un perro acostumbrado a vivir en manada, hay que establecer y respetar la jerarquía desde la llegada del pequeño a su nueva casa y con su nueva familia. Debe comprender quien es el “jefe de la manada” y que hay una serie de normas a cumplir. Solo cuando sepa cuál es su sitio en casa podrá empezar su adiestramiento y puesto que él quiere agradar siempre al jefe, será fácil enseñarlo.

Acción-Reacción

Desde que nació, nuestro pequeño Coton recibió enseñanzas de su madre, lo limpiaba para que fuera pulcro y cuando salieron los primeros dientes supo que no debía morder fuerte puesto que era inmediatamente sancionado. También de sus criadores con voces dulces o severas, según sus acciones. El principio de acción-reacción es indispensable en su aprendizaje. Un NO severo como reacción a una mala acción hará frenar ese acto, así como reñirlo e ignorarlo (¡¡lo peor para él es que su amo no le haga caso!!).

Constancia

El cerebro de nuestro Coton funciona con lógica, rutina y siguiendo reglas establecidas (hábitos). Por ello, nuestras reacciones deben ser constantes con aquello que queremos y, sobre todo coherentes (no variar nuestra reacción ante su acción). Si se dice NO, debe ser
así siempre. Él no entiende el “a veces” o el “ahora sí, ahora no”, según se encuentre nuestro humor.

Refuerzo positivo

Puesto que una de las principales motivaciones de nuestro Coton es agradar al jefe, un solo “muy bien, que guapo” con voz agradable le llenará completamente. Si en un momento dado le felicitamos, comprenderá que esa acción nos agrada e intentará repetirla.

Necesitan ser guiados

Estas deliciosas criaturas tienen una personalidad increíble, aunque necesitan una mano que les guíe por el buen camino, porque si les dejamos, pueden convertirse en verdaderos monstruitos. Si llegan a considerarse como jefes, habremos criado a un verdadero tirano.

Cristina Mejias Farras - Coton de Tuléar D´Eramprunyà