Historia

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El Coton, una raza con historia

Como su propio nombre indica, Coton (algodón) de Tuléar (región situada al sudoeste de la isla de Madagascar), esta raza proviene del sudeste de Africa, concretamente de la isla de Madagascar. Podría decirse que su historia parece un relato de aventuras exóticas ya que sus orígenes nos hablan de navíos que naufragaron en las costas de Madagascar en el siglo XVI. Los intrépidos marineros viajaban con sus perros, quienes se encargaban de “limpiar” las bodegas de los buques de los temidos roedores y, al final de la travesía eran ofrecidos como regalo a los habitantes de la Isla. No se sabe exactamente cómo, pero durante el transcurso del tiempo, muchos bichones de las damas francesas y otros perros llegados de ultramar se fueron cruzando con los perros del lugar y adaptándose al nuevo hogar. De estas uniones nació una nueva raza, la cual se distinguió muy pronto por su pelo de textura algodonosa..

Un origen exótico

En un principio, su aspecto no era tan refinado como el Coton de Tuléar que conocemos actualmente, su tamaño era más o menos el de un zorro y su carácter salvaje y decidido, lo que le hacía ser un buen cazador. Poco a poco se convirtió en guardián de rebaños, por su vigor, inteligencia y potente ladrido. También se dice que gracias a su gran agilidad y facilidad de movimientos, ayudaban a coger crías de cocodrilo distrayendo a la madre. Y con el paso del tiempo se fue dando forma a nuestro Coton. Al ser Madagascar una colonia francesa, los colonos fueros entrando sus pequeños perros algodonosos en casa y empezaron a conquistarlos. Se convirtió en el perro real de Madagascar y cuando llegó a Francia acompañado de los expatriados, los franceses del viejo continente quedaron cautivados e inmediatamente seducidos. En 1970 Louis Petit, presidente de la Canina de Madagascar, interpuso a la Federación Cinológica Internacional (FCI) una petición de reconocimiento de raza, que fue oficialmente aceptada ese mismo año con la publicación de su primer estándar.

Remontémonos a los albores del Renacimiento. Cabo Sur, Madagascar, la Isla Roja denominada asi por el color de su tierra.Alrededor, el océano Indico, infestado de piratas, árabes, chinos, indios,… Todos ellos atraidos por los grandes navios comerciales cargados de especias, oro y telas preciosas.

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En la actualidad

Su evolución después fue espectacular y debido a la demanda se crea una reglamentación muy estricta para proteger al “Royal Chien de Madagascar”, gracias a los esfuerzos del gobierno malgache y al club francés de la raza. Muchos viajantes, turistas y empleados de compañías aéreas locales habían exportado ejemplares de una calidad mediocre, con intenso ánimo de lucro. Por eso, se creó un control de importación de ejemplares, exigiendo la confirmación para la reproducción y haciendo una exhaustiva selección de la raza. Se multiplicaron los criadores responsables y se dio a conocer al gran público el excepcional carácter que habita dentro de esta bola de algodón.